Ziranda

De corpus*

Bolívar Echeverría**


Revista de la Universidad de México, Núm. 628, octubre, 2003.

Ni un paso atrás

¿Qué lugar ocupan los mosquitos en el plan de la Creación? Son sin duda minúsculos agentes del progreso, implacables defensores de la evolución de las especies. Represores de toda tentación regresiva, su tarea es alejar de las cercanías del mar –playas, manglares, pantanos– a todos los animales terrestres que, cansados de lo interminable de las planicies, desencantados del vértigo de las montañas, hayan caído en la gravitación regresiva de la “pulsión thalassal”; están ahí para desalentar toda nostalgia del mar, del suave y cálido locus primitivo de la vida.

 

Imposible regresar a Dublín

Tal es el trabajo de la nostalgia, que termina por sacrificar su objeto en beneficio del objeto añorado. Uno quiere volver, pero volver es imposible; no sólo por lo de Heráclito y el río, que ya de por sí es implacable, sino porque, transfigurada, la ciudad a la que uno quisiera regresar sólo puede existir en verdad, espejismo cruel, en el universo inestable de la memoria.

 

Danza y metafísica

El secreto del atractivo especial que tiene el ballet “clásico” (en verdad, “neoclásico”) –aun después de su ya lejano apogeo– parece estar en el qué y el cómo de su representación. Los cuerpos bellos –con sus “bellos” desplazamientos, al son de una música y sobre un escenario igualmente “bellos”– se caracterizan por una cosa: son cuerpos “sobre-animados”, es decir, cuerpos sometidos a la acción implacable del “alma” (a través de la disciplina o ascesis que los ha hormado o formado de acuerdo con un modelo “clásico”) que ha hecho de ellos creaturas de Frankenstein “perfeccionadas”, ensambles de miembros especializadamente eficaces, capaces de ejecutar acrobacias sorprendentes en obediencia a las disposiciones “espirituales” de la música. Su presencia sobre el escenario representa gestos, actitudes y movimientos que son propios del ser humano en su vida cotidiana, pero lo hace transfigurándolos totalmente en lo que serían los gestos, las actitudes y los movimientos de un “alma” incorpórea. Lo primero y básico que se representa en el ballet clásico es así una ficción cruel y maravillosa: lo que sería el cuerpo si efectivamente fuera el fiel instrumento del alma.

 

Vía de perfección

La versión cinematográfica de 1978 del cuento de R. L. Stevenson adaptado por J. Finney, Invasion of the body snatchers (dirigida por F. Kaufmann y con D. Suterland en el reparto), muestra con toda claridad que el alma está indisolublemente ligada al cuerpo, que para cambiarle el alma a alguien, es indispensable sustituirle también el cuerpo. Fábula acerca de la modernidad de la vida social presente, alude a la metamorfosis por la que debe pasar el ser humano para modernizarse plenamente. La modernidad establecida, la capitalista, requiere para su vigencia óptima de un tipo muy especial de “alma“ humana, un alma capaz de vivir con naturalidad, con una aceptación profunda, que permite borrarla del campo de la percepción, la contradicción que hay entre el proyecto de mundo social espontáneo, centrado en los valores de uso, y el proyecto de mundo capitalista, centrado en el valor económico abstracto y su autovalorización. Un alma capaz de vivir como no-existente el sacrificio que fundamenta esa modernidad, y que se repite instante a instante, del primer proyecto en beneficio del segundo.

La modernidad establecida, la capitalista, requiere para su vigencia óptima de un tipo muy especial de “alma“ humana, ...un alma capaz de
vivir como no-existente el sacrificio que fundamenta esa modernidad.

  Se trata de un alma, de una consistencia ética, cuya instalación en un cuerpo humano, que fue creado por la historia desde tiempos arcaicos para habérselas con valores de uso, resulta insuficiente por ser sólo formal o exterior y dar así lugar a episodios de rechazo en los que la riqueza de ese cuerpo se resiste y se rebela a la versión disminuida de sí mismo a la que esa alma pretende reducirlo.

  La película narra el proceso mediante el cual la modernidad resuelve el problema de esa incompatibilidad alma-cuerpo. El alma se hace un cuerpo a su medida, en armonía plena con ella, “subsumido realmente” a ella. Se apropia de la apariencia del cuerpo humano arcaico y la reproduce como apariencia de un cuerpo moderno que aparece en su lugar y del que ella es dueña incuestionable. Un ente parecido a un vegetal succiona lentamente en la noche, durante el sueño, la corporeidad de las personas para gestarla de nuevo, poco a poco, hasta dejarla reconstruida del todo, sin otra diferencia que un automatismo apenas perceptible, dotada ya del alma nueva que le permitirá ser la también nueva corporeidad del ciudadano intachable, perfectamente adaptado a las exigencias de esta vida moderna.

  Alegoría de una sociedad que no necesita de partido único ni de líder carismático para ser estructuralmente totalitaria.

 

Fuego de paja

Si el mundo real del que hablamos abriera las posibilidades de la vida y no fuera lo que es, un mundo reprimido, acosado por la culpa, dominado por la disciplina productivista que le impone su doble autonomizado, “el Mundo de las Mercancías”, entonces Don Juan es sin duda un liberador. Rescata para el momento fugaz de una aventura la promesa de amor loco que llama a la mujer desde su cuerpo encorsetado, reducido a ser el recinto del ama de casa, el soporte de la cámara de procreación de la especie. Aunque tal rescate sólo cumpla en destellos y en rincones esa promesa de locura y aunque esté llamado siempre a un desenlace doloroso, no deja de salvar en ella ese encanto que la embellece en el amor y que el realismo de la vida burguesa espanta sin remedio. Por ello es que Don Juan no siente culpa ni se arrepiente de las grandes penas que va dejando a su paso. Más que de las mujeres que encendió y abandonó, se compadece de las que, tentadas a hacerlo, no se atreven a dejarse caer en su seducción.

 

Artífice del gol

El fútbol es un juego cuya técnica es de orden manufacturero, como lo es también, en el arte musical, la que emplea la gran orquesta de concierto. Sea ella más “heterogénea” o más “orgánica”, prefiera ella que el gol esté trabajado por el virtuosismo de muchas individualidades, por muchos artesanos especializados cada uno en una tarea, o, por el contrario, que esté elaborado por el virtuosismo de un solo team perfectamente ensamblado, por un conjunto de operarios que compensan la falta de pericia individual con otra, colectivo-maquinal, de todos modos la cooperación en el equipo de fútbol mantiene un equilibrio inestable entre estas dos tendencias contrapuestas. (El fútbol “latino” se inclina por el modo “heterogéneo” o artesanal mientras que el “nórdico” se carga más hacia el modo “orgánico” o maquinal de la cooperación manufacturera.) A la orquesta de concierto que funciona como un todo impecable, liso y sin costuras, prefiero esa otra en la que se percibe el "milagro" de la concertación, la ayuda indispensable que lo contingente debe dar a lo necesario.

 

REFERENCIAS


^ * Bolívar Echeverría, "Ziranda. De corpus" en Revista de la Universidad de México, Núm. 628, octubre, 2003, pp. 83—84. Publicado en este sitio web bajo una licencia Creative Commons 2.5: Atribución—NoComercial—SinDerivadas.

^ ** Filósofo. Premio Universidad Nacional.

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